Pintando el otoño
¿Quién dice que el otoño es aburrido? Hay mil tonos de rojos, naranjas, amarillos y marrones. Llueven hojas que se pueden amontonar, que crujen en las manos de nuestros bebés, que nuestros niños lanzan como confeti, que sirven hasta para hacer manualidades y decorar la casa.
Os proponemos esta sencilla manualidad que además se hace en un ratito y se ve el resultado vistoso y colorido en seguida (cosa que ya sabemos que anima mucho a los niños).
Solo necesitáis:
– pintura de dedos no tóxica
– pinceles (uno gordo y uno fino, preferiblemente)
– agua
– hojas que no estén del todo secas (para que no sean demasiado frágiles y se rompan al pitarlas, mejor que estén algo blanditas y flexibles)
Procedimiento:
– Ir a buscar hojas. Esto según la edad da mucho juego: se pueden coger hojas de distintos árboles, explicar la diferencia entre árboles de hoja perenne y caduca, etc.
– Pintar primero las hojas de un color liso por ambas caras, mejor si es con el pincel gordo para que no se cansen tan pronto.
– Esperar a que se seque la pintura.
– Pintar los detalles de «decoración» de las hojas. Los papás podemos sugerir: puntitos, líneas, etc.
– Una vez que estén totalmente secas, podemos atar los rabitos a la lana y cogemos algo que haga de contrapeso para la punta. Nosotros hemos cogido unos palitos, pero también se puede usar una castaña, una nuez, o una piedrecita.
– ¡A colgar!
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Súper!! me encanta!